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Rivas acoge, hasta la fecha, a 27 personas refugiadas que huyen de graves conflictos en sus países de origen. Gracias a un acuerdo de colaboración entre el Ayuntamiento ripense y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), el municipio ha organizado un dispositivo de acogida que cuenta con 28 plazas gestionadas por CEAR y ocupadas por familias de Siria, Irak, Afganistán y América Latina.
Del total de las 27 personas acogidas en el municipio, 19 han llegado dentro del cupo de gente reasentada y reasignada, es decir, que ha sido desplazada desde Grecia y Turquía en el marco de la cifra de 18.000 personas que se comprometió el Gobierno de España a dar cobijo.
Hasta el pasado mes, tan sólo habían recalado en el país 474 refugiados del citado cupo de los cuales, a la Comunidad de Madrid, fueron destinados 61, según datos de la Oficina regional de Asilo y Refugio a fecha del pasado 15 de septiembre. Y, a Rivas, 19, lo que supone que el municipio acoge al 31% de gente refugiada que ha llegado a la región. Se trata de cuatro familias: tres sirias y una de Irak.
El Ayuntamiento ha colaborado con CEAR en la búsqueda de viviendas, facilitando las gestiones para acceder a dos pisos de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV). Además, la ONG dispone de otras tres residencias más, en este caso, arrendadas a particulares.
Ahora, las familias refugiadas se encuentran en la primera fase de adaptación, que se puede prolongar hasta los nueve meses. Transcurrido ese plazo, deben abandonar las viviendas del dispositivo de acogida, aunque cuentan con ayudas económicas hasta completar los primeros 18 meses de estancia en el país. Después, nuevos grupos ocuparán estas plazas.
«Tratamos que en estos primeros meses obtengan los recursos necesarios para su vida autónoma. Este tiempo lo marca la Oficina de Asilo y Refugio [dependiente del Ministerio de Interior], explica Yasmin Manji, de CEAR Rivas.
La revista municipal ‘Rivas al Día’ ha dedicado un amplio reportaje a este colectivo, hablando con una de estas familias sirias cuyo testimonio revela el drama humanitario que se vive a las puertas de Europa.
ACOGIDA VECINAL
Un grupo de vecinos y vecinas pertenecientes al mundo de la cooperación y la participación pública formó hace un año la Plataforma de Apoyo a las Personas Refugiadas, iniciativa desde la que han organizado charlas, conciertos, una gala y mantienen presencia en los principales acontecimientos de la ciudad con el objetivo de visibilizar la problemática de quienes tienen que solicitar protección internacional y recabar apoyos.
La ciudad, además, sostiene una amplia trayectoria como ciudad de acogida. En los años 90, dos instalaciones municipales dieron cobijo a familias que huían de la guerra en Los Balcanes. Y, desde hace 20 años, llega al municipio cada verano una treintena de niños y niñas de los campamentos de refugiados saharauis, ubicados al sur de Argelia.
«La defensa de los derechos humanos de las personas más vulnerables es prioritaria para quienes creemos en que la solidaridad no tiene fronteras», defiende el alcalde ripense Pedro Del Cura, quien denuncia la hipocresía de Europa y la falta de respuesta de sus Estados a «una crisis humanitaria que está sepultando en el Mediterráneo miles de vidas».