El ‘cohousing’ (covivienda o vivienda colaborativa) es un modelo habitacional que reconoce el derecho a la vivienda como un bien de uso y no comercial, en el que la comunidad participa de manera activa de todo el diseño de las viviendas y el entorno de espacios comunes, y la propiedad global siempre permanece en manos del conjunto de la comunidad –constituida como cooperativa-, sin división horizontal. Es un modelo que combina la seguridad de la propiedad y la libertad del alquiler, pero además es un modelo –por la participación activa de las comunidades y su carácter autogestionado- que entronca con una forma de entender la convivencia. No se trata de la simple promoción colectiva de vivienda, sino de la construcción de comunidades con vocación de establecer vínculos en su seno y con su entorno cercano.
El ‘senior cohousing’ es la vivienda colaborativa de y para personas mayores. El envejecimiento activo, la oportunidad de pensar en los espacios y servicios comunes desde el enfoque de la prevención de la dependencia y el fomento de la autonomía personal y el reto de la soledad en nuestras sociedades confluyen en el espíritu de la vivienda colaborativa y la convierten en una alternativa atractiva para las personas mayores. Existen numerosos referentes en Europa, especialmente en los países nórdicos, pero también han sido varias las experiencias de este tipo emprendidas en nuestro país en los últimos años.